Doctor Gravalosa

El doctor Josep Gravalosa, fue el primero en analizar las aguas de la Font Picant y descubrir sus propiedades mineromedicinales.

En el siglo XVII, unos ganaderos descubrieron que había un agua cerca del torrente de Mansolí que tenía un gusto diferente. Circuló el rumor de que un buey se había curado de la irritación de riñones que tenía al beber de aquella fuente. El mismo Doctor Gravalosa quiso comprobarlo. Sólo probándola observó que tenía unas grandes propiedades diuréticas.

Empezó a prescribirla a los pacientes que tenían problemas de vejiga, cólicos nefríticos y de riñones y observó que prácticamente todos se curaban. Desde entonces, la dio a conocer escribiendo la primera memoria de estas aguas en el año 1779. Ahí incluyó los primeros análisis y describió las propiedades que tienen las aguas que ayudan a curar los cólicos nefríticos y riñones.

En el 1909, el Ayuntamiento decidió poner a una plaza muy céntrica y a una calle el nombre del Doctor Gravalosa en su honor. En el 1911, la casa de la Saleta hizo poner una lápida con una inscripción extraída de su memoria en las escaleras que conducen al Balneario.