Sant Hilari, el centro del veraneo

En la segunda mitad del siglo XIX, Sant Hilari se convirtió en un gran centro balneario, después de que las aguas de la Font Picant fuesen declaradas de utilidad pública en el 1880 gracias al descubrimiento del Doctor Gravalosa. Este hecho comportó una gran prosperidad para el pueblo.

Los primeros veraneantes venían a pasar el verano en el pueblo para disfrutar de la natura, el espacio, la tranquilidad y el medio ambiente. En general, eran personajes muy variados y de distintos lugares. Dominaba la burguesía catalana de la época, con un alto poder adquisitivo. La paz y la tranquilidad que encontraban en Sant Hilari era un buen motivo, pero se complementaba con unas aguas clasificadas como bicarbonatadas, calcícolas y de débil mineralización; dicho de otro modo, son de alta calidad y muy apreciadas como aguas de mesa.

En la segunda mitad del siglo XX, el veraneo fue aumentado en nombre de visitantes, hecho que proporcionó también un crecimiento económico al municipio. Sant Hilari tenía una gran oferta hotelera y las fuentes dejaron de tener un interés saludable para convertirse en un punto de recreo, tanto para los veraneantes como para la gente del pueblo.

Años después, el embotellamiento de las aguas minerales del municipio supuso un gran crecimiento económico y se acabó convirtiendo en uno de los sectores económicos más importantes del municipio.