Sant Miquel Arcàngel

Hace unos años, los amos de Villavecchia tuvieron un susto en la carretera que los llevaba a casa. Todavía hoy hay una placa en el lugar de los hechos.

La leyenda cuenta que, a finales del siglo xx, una tartana llevaba los amos de Villavecchia por la carretera grande ya hacia el atardecer. De golpe, aparecieron unos lobos y con la luz de sus ojos asustaron a los caballos que tiraban de la tartana.

Esto provocó que tanto la tartana como los pasajeros cayeran por el barranco con la suerte que una encina los detuvo. Los amos de Villavecchia, viendo la proximidad en la que se encontraban en aquel punto de la montaña de Sant Miquel, alzaron una placa con motivo de agradecimiento justo en aquel punto.