Frederic Culí i Verdaguer
Frederic Culí (1890-1960) fue un abogado municipalista, funcionario y formador de funcionarios destacado en el municipalismo catalán, vinculado a la Mancomunidad y al republicanismo. Exiliado durante la Guerra Civil, regresó a Barcelona en los años 40 y falleció en 1960.
Abogado municipalista, funcionario y formador de funcionarios
El abogado Frederic Culí Verdaguer (Sant Hilari Sacalm, 1890 – Barcelona, 1960), fue pionero del municipalismo catalán y profesor de l’Escola de Funcionaris de la Mancomunitat. L’Escola de Funcionaris d’Administració Local, creada por la Diputación de Barcelona el 1912 e impulsada por la Mancomunidad a partir de 1914, simboliza uno de los aspectos centrales del catalanismo noucentista: la creación de unas estructuras de estado moderno. En 1924 la Dictadura de Primo de Rivera interrumpió aquella experiencia, que se retomó el 1930. Frederic Culí fue profesor, y es uno de los protagonistas del periodo de la Mancomunidad y del que significó su obra de gobierno.
Culí nace en Sant Hilari Sacalm el 1890, cuarto y último hijo del matrimonio formado por Benet Culí, propietario, y Mercè Verdaguer, de una familia de abogados de Santa Coloma de Farners. Su hermano grande, Tomàs (1877-1961), heredero del patrimonio, fue alcalde de Sant Hilari (1906-1911) y diputado de la Liga por el distrito de Santa Coloma (1917-1921). El 1909 fundó la compañía de automóviles Hispano Hilariense.
Frederic se licenció en derecho en Barcelona el 1912 y se doctoró a Madrid el 1915, con una tesis sobre las mancomunidades provinciales, cuando Cataluña iniciaba la experiencia de actuación mancomunada de las diputaciones.
Culí entró al Ayuntamiento de Barcelona como letrado y pasó por varias secciones y negociados de tipos económicos y dejó el Ayuntamiento el 1933, cuando Manuel Azaña lo nombró director general de Timbre y Monopolio, a la vez que nombraba director general de Industria y Comercio el guixolense Josep Irla. Azaña, amigo personal de Culí, veraneó a Sant Hilari en los años treinta.
El 1919 publicó El municipi modern, participó en los años veinte en varios congresos internacionales de ciudades y gobiernos municipales. Desde 1919 fue profesor auxiliar de l’Escola de Funcionaris d’Administració Local, donde impartió clases de derecho municipal y provincial y de organización y régimen local. Después del paréntesis primorriverista, el 1930 se retoma la actividad del centro y Culí es profesor titular, secretario y, el 1936, director interino.
Políticamente, militó en la Unión Catalanista y más tarde —aunque el hermano afín a la Liga— se puso en fila con el republicanismo. En los años treinta ingresó en Esquerra Republicana. También fue activo en asociaciones y proyectos culturales (Asociación Protectora de la Enseñanza Catalana, corresponsal de Alcover y de Fabra…) y colaboró en periódicos nacionalistas. A Sant Hilari fundó e impulsó, con Josep Ximeno, L’Estiuada, semanario de larga duración (1908-1914). Muy situado a la administración, Culí consiguió beneficios para Sant Hilari (carretera de la Font Picant, colonias escolares del Ayuntamiento de Barcelona) y el 1934 el Ayuntamiento lo declaró hijo predilecto y le dedicó una calle. Trabajó a favor del edificio escolar «Fonts de Sacalm», finalizado en plena guerra (1937) y diseñado por Ricard Giralt Casadesús, con los adelantos pedagógicos del momento, como otros de Giralt inaugurados en Girona y Palau-sacosta.
En 1939, poco después de la entrada de las tropas franquistas, fue destituido en una de las múltiples actuaciones represivas. Culí, pero, se había trasladado a Francia con la familia desde octubre de 1936 a raíz de la situación de violencia. Como otros demócratas y liberales, quedó atrapado entre el golpe militar y el estallido revolucionario.
Con la esposa y los hijos, marchó a Saboya, concretamente a la villa balnearia de Aix-les-Bains, donde su esposa consiguió trabajo de violinista en un establecimiento y él hacía de vigilante nocturno en un hotel. En septiembre de 1939, al estallar la Guerra Mundial, no podían permanecer en Francia. Se trasladó a Andorra, donde permaneció un par de años, mientras la familia volvía a instalarse en el piso de Barcelona. A Sant Hilari, pero, la esposa de Frederic Culí, Elsa Oriol, experimentó la animadversión de los nuevos hombres fuertes. El heredero Tomàs Culí había marchado a Francia al inicio de la guerra, el domicilio familiar y las propiedades habían sido confiscados, y en la casa se había instalado la Falange local. Más adelante, la familia recuperó sus bienes.
Frederic volvió a Barcelona en 1941 y, habiendo sido depurado del Ayuntamiento, tuvo que ganarse la vida fuera de la administración. Reingresó en el Colegio de Abogados, del cual era miembro desde 1914, y creó la Mutua de Empresas de Autómnibus de Cataluña, un sector al cual él y su hermano Tomàs ya habían sido vinculados. En los años cincuenta recupera un lugar de funcionario en el Ayuntamiento, en su etapa final, puesto que murió en Barcelona el 27 de abril de 1960. La nota necrológica publicada en La Vanguardia el día siguiente, 28 de abril, era un ejercicio de reivindicación de toda su trayectoria: «Ilustrísimo señor Don Federico Culí Verdaguer, doctor en derecho, jefe letrado de la Sección de Gobernación del Excmo. Ayuntamiento de Barcelona, Officier de Académie de la República Francesa, fundador y secretario de la Mutua de Empresas de Autómnibus de Cataluña, consejero del Servicio Municipal de Pompas Fúnebres, ex director general del Timbre y Monopolio, Hijo predilecto de San Hilario Sacalm…».